CIENCIAS

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miércoles, 17 de enero de 2018

Células reproductoras masculinas

espermatozoide
La espermatogénesis es el proceso por el que las espermatogonias (células germinales primitivas) se transforman en espermatozoides. Es un proceso continuo, que se produce en el testículo y que se inicia en el periodo prepuberal del niño, entre los 11 y 15 años. A diferencia de lo que ocurre en el sexo femenino, la formación del gameto masculino no comienza hasta la pubertad y luego dura toda la vida. No obstante, en el recién nacido ya pueden identificarse en los cordones sexuales primitivos, macizos del testículo en forma de células voluminosas y pálidas rodeadas de células de sostén, que se convertirán en células de Sertoli. 
Poco antes de la pubertad los cordones sexuales se hacen huecos y se denominan tubos seminíferos. Las células germinativas primordiales originan espermatogonios, que por diferenciación y tras sufrir divisiones mitóticas, se convierten en espermatocitos primarios. Después de duplicar el ADN, estas células comienzan con la profase de la primera división meiótica o de maduración.  
Al terminar la profase, que dura unos 16 días, la célula pasa rápidamente por las demás fases y después origina los dos espermatocitos secundarios, que contienen un número haploide de cromosomas, lo que significa que contiene la mitad del número normal de cromosomas o un solo juego de los mismos. Estas células empiezan inmediatamente la segunda división de maduración o meiótica, que da por resultado dos espermátides. Como consecuencia de las dos divisiones de maduración, la espermátide posee 23 cromosomas y ADN.

Fases de la formación de un espermatozoide


En el varón, el ciclo espermatogénico se divide en tres fases:
  • Duplicación de las células germinales o espermatogonias: Que tras su proceso de división dará lugar a 16 espermatocitos. Cada espermatocito tiene 46 cromosomas, 23 de origen paterno y 23 materno. Durante esta etapa de división se produce la síntesis de ADN con duplicación de material genético, que da como resultado otro tipo de célula germinal, los espermatocitos primarios que entraran en la siguiente división llamada meiótica, porque supone una reducción cromosómica.
  • Meiosis o división: Que dará lugar a la formación de células dotadas de un número haploide de 23 cromosomas (la mitad de las que tienen las células normales). Esta fase de unos 24 días de duración, conlleva un apareamiento de los cromosomas con entrecruzamiento e intercambio de material genético entre ellos. La división de los espermatocitos primarios origina los espermatocitos secundarios, los cuales sufre una segunda división meiótica, dando lugar a las espermátidas con 23 cromosomas. Esta división es una mitosis o división normal sin replicación previa del ADN.
  • Espermiogénesis o transformación en espermatozoides: Comprende los procesos encaminados a mejorar la capacidad de penetración del óvulo por el espermatozoide. Estos fenómenos serán la formación del acrosoma o gorro con alto contenido en glicoproteina y enzimas proteolíticos, desarrollo de la cola o flagelo que permite el movimiento del espermatozoide, transformación del núcleo en posición periférica y eliminación de casi todo el citoplasma. Una vez formados en los tubos seminíferos, pasan al epidídimo por acción de los elementos contráctiles de los primeros. Como resultado, se producen espermatozoides, con 23 cromosomas, la mitad que la célula de la que se origina (espermatogonia). El espermatozoide es una célula muy especializada. Se reduce el tamaño de la célula, eliminando gran parte del citoplasma y se desarrolla una larga cola denominada flagelo, que le permitirá moverse hasta alcanzar el óvulo. También presenta gran cantidad de mitocondrias que le proporcionarán la energía para moverse. En el hombre, la espermatogénesis dura unos cien días, lo que es importante para valorar el efecto de cualquier tratamiento o sustancia tóxica sobre la calidad espermática.  
desarrollo espermatozoide
El espermatozoide sale de los testículos y se mezcla con los líquidos producidos por las vesículas seminales y la próstata para formar el semen. Estos líquidos son imprescindibles para la alimentación y supervivencia de los espermatozoides hasta alcanzar el óvulo. Solamente el 10% del semen está formado por espermatozoides, que se pueden contar por cientos de miles.
  • Al igual que con la formación de los óvulos, el proceso está regulado y controlado por el sistema endocrino y, a su vez, los testículos funcionan como glándulas endocrinas

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