CIENCIAS

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miércoles, 17 de enero de 2018

Células reproductoras femeninas

Los óvulos son las células sexuales femeninas  producidas por los ovarios. A partir de la pubertad de la mujer, un óvulo se desprende aproximadamente cada 28 días y permanece fértil durante las 24 horas posteriores en su descenso al útero en las trompas de Falopio. Si este óvulo es fecundado por un espermatozoide se convierte en cigoto, dando comienzo el embarazo.
Los óvulos se descubren en el año 1827 por el biólogo Karl Erns Von Baer.

¿Cómo es?

Los óvulos son una de las células más grandes de todo el cuerpo humano, y al igual que muchas otras tiene una forma esférica. Su cubierta consiste en una membrana vitelina o plasmástica, que contiene glucoproteínas que ayudan a la unión de las células sexuales. A su vez, esta membrana vitelina se encuentra rodeada por otra segunda membrana formada por células foliculares, que también es fundamental. Bajo estas membranas ya encontramos el óvulo en sí, cuyo núcleo contiene toda la información del genoma materno.

Producción de óvulos

Desde su nacimiento, la mujer cuenta con cerca de 300.000 ovocitos, que han sido desarrollados durante su etapa fetal. Sólo cerca de 300 o 400 se formarán en forma de óvulos mediante la ovulación, mientras que el resto irán abandonando los ovarios en las diferentes ovulaciones que presenta la mujer a lo largo de su vida.
La ovulación es un proceso que ocurre entre 12 a 16 días previos a la menstruación. Conforme se acerca el desprendimiento del óvulo desde los ovarios, se desprenden unas hormonas llamadas estrógenos, que provocan que el endometrio se adapte para recibir el esperma.
Una vez se ha dado esta subida, es cuando el óvulo maduro se libera de los ovarios y del folículo (esfera con líquido que lo rodea), y comienza a descender por las trompas de Falopio, donde se mantiene unas 24 horas. Si pasado este tiempo el óvulo no ha sido fecundado por un espermatozoide, el óvulo muere y se desprende junto al endometrio, como parte de la menstruación.
El proceso de ovulación suele darse por primera vez durante la adolescencia de la mujer, y mantiene produciendo un óvulo maduro hasta la menopausia, momento en el que la mujer deja de ser fértil.

Fertilidad

Los óvulos pueden variar en cuanto a su capacidad para ser fecundados. Esto se puede estudiar al realizar un examen de sangre para medir los niveles hormonales, antes y después de haber suministrado un medicamento que estimula las hormonas llamado clomifeno.
Otra forma de conocer la calidad de los óvulos es mediante un ciclo de fecundación in vitro. Esto se estudia una vez los óvulos se extraen y son posteriormente estudiados en el laboratorio.
Mediante esto no sólo se comprueba la calidad de los óvulos que se expulsan, sino también aquellos que permanecen en la reserva ovárica.
Según avanza la edad de la mujer, la fertilidad de la mujer se ve en decremento no sólo debido a la menopausia, que reduce la producción de óvulos, sino porque los propios óvulos comienzan a presentar anomalías que impiden el correcto desarrollo de un embrión. Así, a mayor edad, existe un mayor riesgo de que aparezcan anomalías cromosómicas en los óvulos producidos, que provocan que no se llegue a dar el embarazo o, si se da, que este se interrumpa a las pocas semanas en forma de aborto espontáneo. Este riesgo se estima en:
- De 35 a 37 años: 40 por ciento.
- De 38 a 41 años: 65 por ciento.
- De 41 a 45 años: 80 por ciento.

Problemas de óvulos

El desequilibrio de hormonas sexuales en una mujer puede provocar el síndrome de ovario poliquístico. Esta enfermedad se debe a que, por el desequilibrio de hormonas, los óvulos que se producen de los ovarios no están completamente desarrollados y aparecen quistes en los ovarios. Estos óvulos, aparte de ser infértiles, pueden provocar dolor pélvico, exceso de vello o calvicie o acné. Se suele tratar de una enfermedad hereditaria.
La anovulación, otro tipo de problema, afecta al proceso de ovulación causando una “revolución” en las hormonas, y surge a causa del estrés, del exceso de ejercicio físico o la pérdida de peso.
En términos generales, contar con un índice de masa corporal recomendado y evitar drogas o el consumo de alcohol ayudan a disminuir las probabilidades de acabar con alteraciones en los óvulos.

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